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Silencio

Silencio

Mayo 25, 2021 / Fuera de las instalaciones de SEMEFO

Arnulfo Hernández Gutiérrez

Buscó y encontró a su hijo Arnulfo Hernández Mendoza, desaparecido el lunes 22 de julio de 2019. Tenía 39 años.
Buscó y encontró a su hijo Jesús Alejandro Hernández Mendoza, desaparecido el miércoles 23 de octubre de 2019. Tenía 29 años.

Texto y retrato: Miriam Rodríguez

Arnulfo permanece en silencio la mayor parte del tiempo. Me cuenta que de vez en cuando le decía a su hijo mayor Fito, ”deja de juntarte con ese amigo tuyo”. La última vez que lo hizo fue cuatro días antes de que lo levantaran de su casa, a las 7:30 p.m. De la misma manera, tres meses después fueron por su segundo hijo, Chuy, a las 5:00 a.m. La razón de que fueran por él también, es que ya se estaba informando demasiado sobre lo ocurrido con su hermano. Al menos esa fue la razón que escuchó Arnulfo entre los amigos de sus hijos.

Pudo encontrar a Fito ocho días después de que lo levantaran, pero tuvo que esperar dos meses para que lo armaran y se lo entregaran completo. Después, le dio sepultura.

Le dijeron a Arnulfo que allá adentro, de donde sacaron a su primer hijo, estaba su segundo hijo, Chuy. Pero esta vez se tardaron aún más en entregárselo. Sólo encontraban pedazos pequeños. Les fue muy difícil identificarlo porque no tenía tatuajes, ninguna seña particular. Además, había pasado mucho tiempo desde que lo levantaron y lo desaparecieron. Un año y seis meses exactamente, me dijo. Le pidieron su ayuda para encontrarlo, pero fue muy difícil buscar a su hijo entre las cuarenta cabezas en estado de descomposición, que le mostraron proyectadas en una pantalla muy grande. Al final esto no le sirvió de nada ya que todas se parecen.

No me quiso hablar más sobre la búsqueda. Luego de un gran silencio, solo me dijo: “el olor de este lugar lo traigo en la nariz. Vine con la intención de no encontrarlo aquí, pero quiero que esto ya se termine para llevármelo y nunca más volver. Cada día que pasa es como si hubiera sido ayer, pero no hay nadie a quién preguntar por ellos, saber quiénes fueron, decirme por qué, para qué matarlos y después hacerlos pedazos. ¿Por qué se los llevaron? ¿Con quién desquito esto que siento? Sólo consiguieron dejarme muerto en vida”.